Homenaje al papel de la mujer como paradigma de la conciliación de la vida familiar y laboral.Esta escultura en bronce a tamaño natural, emerge del agua como símbolo de vida, como si de una Venus se tratase. Es un nuevo resurgir, un nuevo nacimiento de este trabajo tan digno, que le ha dado tanto a la ciudad de Elche.La obra capta la esencia de esas primeras aparadoras, reproduciendo una de las primeras máquinas de la marca Göppingen, con las que empezaron nuestras abuelas a trabajar en Elche, cosiendo los cortes de tejido de las alpargatas, y pieles de pequeño grosor. Es un homenaje para todas y cada una de ellas desde sus comienzos, hasta nuestras contemporáneas.